El otro día en clase vimos como podemos trasmitir
conocimientos y enfocar una actividad utilizando una metodología que tenga
presente la inclusión, en vez de proponer una actividad base o estándar para
toda la clase y otra para aquellos alumnos que presenten una característica o
necesidad distinta al resto de sus compañeros.
Atención a la diversidad
A la hora de llevar a cabo una actividad podemos trasmitirla
y enfocarla desde una perspectiva rígida mediante el uso de fichas estándares o
ejercicios teóricos y repetitivos o bien podemos intentar que los niños se
diviertan, participen y razonen acerca de lo que están aprendiendo y que además
sirvan para todos y cada uno de ellos, adaptadas a esos alumnos con necesidades
educativas especiales y que al mismo tiempo también son accesibles para los
demás compañeros. Podemos utilizar la mímica, los gestos o las imágenes para,
por ejemplo, los alumnos que presenten autismo, ya que atienden mejor a las
fotografías o imágenes, es decir a lo visual, más que a lo auditivo. Trabajar
los distintos conceptos desde ejemplos de experiencias concretas de los alumnos
para que comprendan mejor y lo identifiquen en su realidad próxima, propiciando
una mejor retención de lo aprendido y su posterior interiorización. Desde
juegos sencillos y en grupo, desarrollando y reforzando el trabajo cooperativo
y en equipo, el respeto a los compañeros o la valoración de su trabajo.
Es importante ofrecer a los alumnos muchas posibilidades a
través de las que se pueden trabajar los conceptos, conocimientos y
aprendizajes, independientemente de la asignatura a tratar, en este caso
inglés, optando por una metodología como ya se ha nombrado con anterioridad,
que sea dinámica, participativa, lúdica, cooperativa, reflexiva y flexible, es
decir, adaptada a todos y cada uno de los alumnos independientemente de sus
características, pero a su vez supliendo a sus necesidades personales, gustos o
circunstancias personales. Tampoco podemos olvidar que el profesor es el
recurso principal del que disponen sus alumnos, ya que es el encargado de
llevar a la práctica la enseñanza y es él quien decide como puede llevarse a
cabo, de qué forma, qué pretende conseguir y cuáles son sus prioridades entre
muchos otros aspectos y cuestiones importantes e influyentes a la hora de darse
una buena práctica educativa del inglés o de cualquier otra asignatura.
A continuación podemos tener en cuenta una serie de
recursos para conseguir una metodología flexible:
·
La utilización de recursos tecnológicos que
permitan dar una visión distinta del aprendizaje y que a su vez ofrezcan muchas
posibilidades a la hora de trasmitir un mismo concepto.
·
El uso de imágenes y pictogramas, especialmente
para los alumnos a los que se les dé mejor lo visual que lo auditivo, como
pueden ser los autistas.
·
El uso de sonidos y música que sirvan de apoyo a
la práctica educativa y para los alumnos que les sea más accesible el uso de la
audición.
·
Usar el recurso humano de forma inteligente,
respetuosa y solidaria, como puede ser la cooperación entre los mismos alumnos
o el llamado “compañero guía” que atiende a la diversidad prestando su ayuda a
los demás.
·
La disposición de la clase para trabajar en
grupo, por parejas o de forma individual.
·
El uso de juegos atractivos y sencillos.
·
Acercar la teoría a la práctica.
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