Hola, después de terminar el cuatrimestre nos hemos parado a
pensar en todo lo que ha supuesto la asignatura de Fundamentos Teórico-Prácticos
de la Lengua Extranjera a lo largo del mismo, lo que pensábamos que iba a
ser la asignatura, lo que ha sido realmente, lo que hemos aprendido y lo que,
cómo no, nos llevamos para nuestra práctica docente en el futuro. Esperamos que os guste.
Al principio de la asignatura no sabíamos nada acerca de ella, nos sentíamos algo temerosos ya que habíamos oído decir a otros compañeros que ya la habían cursado que requería de un nivel adecuado de inglés para superarla de forma efectiva, sin embargo desde el primer día la profesora nos dejó claro que la finalidad de la asignatura no era aprender inglés o hablarlo perfectamente, sino cambiar nuestra idea acerca de la metodología del mismo a la hora de enseñarlo a nuestros futuros alumnos. Dejando atrás la visión rígida en la que la gramática tiene el mayor peso y los contenidos son muy teóricos, mostrándonos la importancia de la interacción entre alumnos, finalidad indiscutible de cualquier idioma o distintos métodos para motivarlos y hacerles la práctica del inglés lo más cercana y llevadera posible. Una de las primeras cosas que hicimos fue el llamado ePel, el Portafolio Europeo de las Lenguas, herramienta realmente útil que cumple una doble función, por un lado pedagógica y por otra informativa, ayudando a cualquier persona a planificar su aprendizaje y visualizar sus progresos en los distintos idiomas que vaya aprendiendo, potenciando así su autonomía y motivándolo en el seguimiento de las mismas a la vez que el titular ofrece información clara y reconocible en toda Europa sobre su competencia lingüística y sus contactos con otras lenguas y culturas. Personalmente, muchas de nosotras y de nuestros compañeros de clase no conocíamos esta herramienta y nos pareció realmente útil tanto para los estudiantes como para los docentes, sobre todo a la hora de ser autosuficiente, consciente y autónomo respecto a nuestro progreso en cualquier idioma, logros, necesidades o carencias. A partir de aquí en cada una de las clases la profesora fue mostrándonos, guiándonos y ofreciendo distintos enfoques acerca de cómo enseñar el inglés, postulados, metodologías o fines que ha de perseguir una buena enseñanza y práctica de dicho idioma. Así fue como aprendimos que según el Real Decreto de 1513 de 7 de diciembre del 2006, por el que se establecen las enseñanzas mínimas de Educación Primaria, los contenidos de educación en lengua extranjera se agrupan en cuatro bloques que giran en torno al aprendizaje de la lengua oral y escrita así como los aspectos y la conciencia sociocultural. Tomando conciencia de lo que la ley cree relevante acerca de la enseñanza y práctica del inglés o las distintas competencias que se marcan de forma gradual dependiendo de la etapa, como son, escuchar, hablar, leer y escribir, añadiendo además una muy importante, que no es sino otra que la interacción y comunicación entre los distintos sujetos que van a entablar un intercambio comunicativo. Las clases de inglés desde que las recordamos han sido bastante monótonas y centradas en el aprendizaje de la gramática y de sus normas de uso, siendo casi inexistente las prácticas orales o la interacción con nuestros compañeros u otras personas. Ante esto debemos tener muy presente que debemos cambiar esta metodología por una activa que propicie la participación y donde el alumnado se sienta a gusto y motivado, teniendo muy claro que el inglés no ha de tratarse a través de contenidos fragmentados repartidos por distintos fascículos, sino que es un aprendizaje global, complejo, completo y por supuesto interactivo que cumple la función de comunicar a dos o más personas. Nos quedó claro que el objetivo principal y primordial de la lengua extranjera no es sino otro que la comunicación entre personas que ha de enmarcarse dentro de un contexto concreto, ser fluida e interactiva, tener un propósito claro que por supuesto suponga llevar a la práctica hablar, escuchar, leer y escribir, siendo estas las cuatro competencias de la lengua a la vez pone en práctica las habilidades cognitivas del alumnado desarrollándolas y mejorándolas.
Otro de los aspectos importantes a tener en cuenta en nuestra clase de lengua extranjera es hacerla inclusiva, ofreciendo una misma práctica del inglés con la adquisición de sus distintas competencias a cada uno de los alumnos de una forma diferenciada, en la que se tienen presentes sus necesidades y características personales. El inglés al igual que la lengua materna ha de aprenderse siguiendo un orden de adquisición y aprendizaje para una correcta y efectiva práctica tanto oral como escrita del mismo, solventando las necesidades reales a las que nos exponemos en la vida, siendo la escucha y el habla primero y la lectura y escritura posterior y sucesiva a las dos anteriores, desplazando así la metodología tradicional que presenta carencias en todas y cada una de ellas debido a la inversión en la adquisición de las mismas y primando la importancia de unas sobre otras, en este caso de la gramática sobre las demás. Teniendo estas ideas claras aprendimos muchos recursos acerca de cómo hacer posible cada uno de estos aspectos, por ejemplo, el storytelling, es una herramienta y metodología basada en la transmisión de cuentos de diversa naturaleza, siempre adaptada al nivel y gustos de los alumnos favoreciendo su atención y un clima óptimo de aprendizaje, en el que aprenden a la vez que se divierten. Con Approaches to language teaching, learner feedback, aprendimos que el profesor ha de realizar un seguimiento y evaluación integral del alumno a partir del cual deberá diseñar el plan de estudios, adoptando una actitud de ayuda y disposición ante las dificultades de su alumno a lo largo de la práctica del inglés y mostrándole que el “error” no es algo negativo, sino que nos ayuda a aprender de él para mejorar. A través del Communicative Reading adquirimos grandes recursos de cómo podemos trabajar con nuestros alumnos la competencia en lectura y escritura, trabajando al mismo tiempo la expresión o la compresión escrita, organizando la lectura en varias partes como son una pre-lectura, una primera lectura, una segunda lectura y por último la interiorización del contenido, utilizando apoyos visuales o actividades que acerquen el contenido del texto a la experiencia personal de los alumnos o con Natural Approach, que se ha de hacer hincapié en una práctica del idioma rica en vocabulario, en la que la motivación ha de ser uno de los pilares principales, dejando atrás la importancia excesiva de la gramática, y donde el alumno se siente confiado bajando por lo tanto su nivel de ansiedad por el “error” y tomando la práctica oral las riendas, enfocándose desde la adquisición natural de la primera lengua, en la que la escucha y la práctica hablada son las primeras competencias que se aprenden.
Solo nos queda decir que ya no tenemos excusas para seguir
con la tradicional metodología basada en la gramática, en la que se tratan a
todos los alumnos por igual olvidando la función principal del lenguaje y
volviéndolo contenido aislado e inservible para la vida real, pues disponemos
de las herramientas, métodos e ideas necesarias para hacer de nuestra práctica
docente y del inglés todo un éxito allá donde vayamos y con los distintos
alumnos con los que nos encontremos. Ojalá muchos de nuestros profesores de
inglés nos hubiesen hecho la práctica del mismo más fácil y llevadera y no
presentaríamos algunas de las carencias de las que poseemos, pero como futuros
docentes sabemos que esas carencias se pueden mejorar, cambiando nuestra visión
del inglés y de cualquier idioma que deseemos enseñar y aprender.